
Los CEOS sobre Vaca Muerta: "Argentina no puede seguir esperando oportunidades"
El mensaje final de la AOG Expo 2025 fue claro y urgente: el potencial está, pero el reloj corre. Tanto el proyecto de NGLs de TGS como la obra de Camuzzi marcan caminos distintos pero complementarios: uno hacia las exportaciones millonarias, otro hacia el desarrollo interno.
En el cierre de la AOG Expo 2025, el CEO de TGS, Oscar Sardi, fue contundente: Argentina no puede seguir quemando oportunidades. Urgió a acelerar el megaproyecto de separación y exportación de líquidos del gas (NGLs) en Vaca Muerta y advirtió que las demoras pondrán un límite técnico a la producción de petróleo.
Con una frase que quedó retumbando en los pasillos de la Argentina Oil & Gas Expo 2025, el CEO de TGS, Oscar Sardi, puso en evidencia un punto crítico que atraviesa hoy a la industria energética argentina: “No se puede seguir esperando”. Y no lo dijo al pasar. Lo dijo con nombre y apellido: el megaproyecto de separación y exportación de líquidos del gas natural de Vaca Muerta (NGLs) está en juego.
Sardi explicó con claridad quirúrgica que si este desarrollo no comienza ya, el país no solo perderá una oportunidad de exportación por más de U$S 5.000 millones de anuales, sino que además la producción de petróleo se verá limitada. ¿Por qué? Porque el gas rico asociado al crudo ya no tiene capacidad de inyección en los gasoductos existentes. “Hay un límite técnico, y estamos cada vez más cerca”, advirtió.
La advertencia no vino sola. TGS tiene en carpeta tres grandes proyectos: la ampliación del Gasoducto Perito Moreno, la extensión de un tramo regulado, y el más ambicioso: el procesamiento integral del gas rico para recuperar líquidos valiosos como etano, propano, butano y gasolina, que hoy se pierden porque el gas se inyecta sin tratar.
"Con una producción proyectada de 1,5 millones de barriles diarios de crudo para 2030, estamos hablando de 45 millones de m³/día de gas asociado, que podrían traducirse en 8.000 toneladas diarias de NGLs", explicó el CEO. Todo eso, transportado a Bahía Blanca en un poliducto de 600 km, fraccionado y exportado. Y si en el futuro se suman los proyectos de GNL, el potencial de exportación de NGLs subiría hasta 22.000 toneladas diarias.
El problema es el tiempo. Sardi lo dijo sin rodeos: “Estas obras demandan entre 3 y 4 años. Y si no se empieza ahora, en algún momento se va a tener que frenar la producción de petróleo porque no se podrá manejar el gas asociado”. La frase cayó como una bomba entre los asistentes.
TGS ya trabaja con los productores —los dueños del gas— para coordinar el modelo de negocios. Según Sardi, hay consenso, pero falta lo más importante: acción inmediata y decisión política. "Argentina no puede seguir consumiendo gas rico sin procesar. Hoy se está perdiendo la fracción líquida, y eso es perder plata", subrayó.
Además de advertir sobre los riesgos de inacción, Sardi hizo un llamado a la integración de la industria. "No estamos compitiendo entre nosotros. Estamos construyendo algo en conjunto. Si se concreta, será un ejemplo de integración público-privada para toda la economía", remarcó.
Camuzzi también puso fecha para el Gasoducto Cordillerano
Por otro lado, Hernán Pardo, CEO de Camuzzi, anunció que la ampliación del Gasoducto Cordillerano-Patagónico estará operativa en junio de 2026, justo para el inicio del invierno. Con una inversión de $50.000 millones financiados por las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut, el proyecto beneficiará a más de 12.000 hogares, hospitales, escuelas y comercios en 25 localidades de la Patagonia.
Camuzzi apuesta fuerte al mercado doméstico. “A diferencia de otras compañías que miran hacia la exportación, nuestro foco está en mejorar el suministro local”, afirmó Pardo. La obra contempla la instalación de dos plantas compresoras abandonadas durante seis años, que serán reubicadas estratégicamente para reforzar el sistema. También se modernizarán tramos clave del gasoducto y se sumará una conexión con el Gasoducto San Martín.
La compañía se encuentra además en proceso de extender su concesión, y Pardo fue claro respecto a la historia de la relación con el Estado: “De 32 años de concesión, 22 fueron de incumplimientos por parte del Estado. A pesar de eso, mantuvimos la estructura y el conocimiento técnico en cada localidad. Esa base es la que hoy nos permite mirar hacia adelante con otra solidez”.
← Volver