
Luciano Codeseira*
Nuevos Escenarios Globales y su impacto en Argentina
Con el regreso de la lógica arancelaria y la inestabilidad en las cadenas de suministro, el sector enfrenta un cambio de paradigma. ¿Se viene una nueva era de regionalización?
El mundo ingresó en una nueva etapa de incertidumbre económica global, con impactos concretos sobre el negocio energético. Así lo plantea Luciano Codeseira, profesor de la Universidad Austral y UNSAM y Director Ejecutivo de Gas Transition Consultant, quien analiza los efectos del nuevo orden mundial en el sector energético y las oportunidades que emergen en medio del desconcierto.
Desde la publicación de The Art of the Deal en 1987, Donald Trump ha defendido una visión negociadora pragmática, basada en la imprevisibilidad y la flexibilidad extrema. Ahora, en plena era Trump 2.0 -con su influencia aún vigente en el escenario político y económico internacional-, el mundo se ve sacudido por el resurgimiento del proteccionismo y las tensiones comerciales, sin necesidad de conflictos bélicos formales.
"Los últimos reportes internacionales reflejan una revisión negativa de las expectativas para el comercio global. La disrupción de las cadenas de suministro no solo afecta la circulación de mercancías, sino que paraliza decisiones empresariales clave y agrava la incertidumbre.
El impacto en el sector energético es profundo: el riesgo de que estas interrupciones se conviertan en norma obliga a repensar las estrategias de inversión y suministro", afirma Codeseira.
A esto- agrega- se suma la decisión de la OPEP+ de acelerar la producción recortada a fines de 2024, lo que generó la caída más pronunciada del precio del petróleo desde la pandemia.
Las acciones de las principales empresas energéticas también se resintieron, reflejo de la caída en la confianza sobre la demanda futura.
ÇSegún la Agencia Internacional de Energía, si se mantienen los aranceles entre Estados Unidos y China, en 2025 la demanda global de crudo podría ser 0,9 millones de barriles diarios (MMbd) menor, y en 2026 esa brecha llegaría al millón de barriles diarios.
En opinión del especialista el nuevo contexto global impone una lógica donde la seguridad del suministro energético se convierte en un factor estratégico. Las empresas buscan ahora: coberturas extensivas para mitigar riesgos; cadenas de suministro confiables y acotadas; y mayor control en origen, extendiendo la cadena de valor desde el recurso natural.
Ante este panorama, aparecen tres posibles respuestas empresariales: nuevas oportunidades comerciales emergentes de la reconfiguración arancelaria; regionalización como alternativa a la globalización interrumpida, y fusiones y adquisiciones (M&A) que respalden nuevas estrategias o fomenten inversiones con mayor contenido local.
Un caso evidente- menciona Codeseira- es el quiebre en el mercado global de GLP. Se estima que en 2025, China importará 33,6 millones de toneladas métricas de GLP, de las cuales 17,6 millones provendrían de Estados Unidos. Pero el clima actual podría llevar a China a buscar nuevos proveedores. Argentina, en este escenario, podría posicionarse como una alternativa segura y confiable.
"Otro ejemplo es el sur de Chile, particularmente la 8ª región, actualmente altamente dependiente de la leña y combustibles líquidos (más del 83% del consumo final). Gracias a su cercanía con Vaca Muerta y la existencia del gasoducto Gas Pacífico, esa región ha comenzado a experimentar un renovado interés por parte de empresas argentinas y chilenas. Se están tejiendo vínculos estratégicos -en forma de M&A y alianzas- que buscan aprovechar cadenas de suministro más cortas y con anclaje directo al recurso", explica.
(*) Profesor de la Universidad Austral y UNSAM y Director Ejecutivo de Gas Transition Consultant.
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